DETRÁS DE UNA FOTO es una sección semanal de GEA PHOTOWORDS. En ella, reconocidos fotógrafos profesionales, autores emergentes o estudiantes de fotografía nos comentan una de sus imágenes. Nos ofrecen sus palabras, su mirada y su agudeza; en definitiva, su captura del binomio espacio-tiempo. Alessandro Vincenzi nos relata la controvertida creación del Liceo de Humanidades Bielorruso.
Estudiantes del segundo año del Liceo de Humanidades de Bielorrusia durante la lección de geografía. Minsk, Bielorrusia. 2011
FOTO © Alessandro Vincenzi
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Con el colapso de la Unión Soviética, muchas ex repúblicas se enfrentaron a la tarea de redefinir sus sistemas educativos .
En el 1992 en Minsk, capital de Bielorrusa, se fundó lo que de allí a poco sería la escuela mas prestigiosa del país, el Liceo de Humanidades Bielorruso.
En 1994, cuando Aleksandr Lukashenko ganó las elecciones presidenciales, los problemas empezaron a surgir, ya que el método de enseñanza y el programa de volver a recuperar la cultura y el idioma Bielorruso, no encajaban con los principios del presidentes. Mientras tanto, la escuela ya había tenido contacto con las escuelas de Francia, Bélgica , Polonia y Lituania para promover programas de intercambio de estudiantes .
En el 2003 las autoridades intentaron reemplazar a lo que había sido jefe de la escuela desde el principio, por un director de formación rusa, con el intento de volver al sistema de enseñanza filo soviético. Profesores, estudiantes y padres protestaron contra esto, pero fue en vano. A finales de año, la escuela fue prohibida.
Las actividades continuaron primero en apartamentos privados y después de amenazas de las autoridades, al sótano de una iglesia católica, pero después de 3 meses y una enorme presión sobre el sacerdote, se vieron obligados a abandonar .
En 2005 el Liceo de Humanidades Bielorrusa alcanza una situación estable. Se instala en una casa en las afueras de Minsk y es apoyado por el gobierno polaco con intercambio de estudiantes en Polonia y becas para licenciados que quieren postular en Universidades Polacas.
Hoy en la escuela quedan poco más de una docena de profesores y unos sesenta estudiantes, con respecto a los centenares de estudiante que había a su comienzo.
“Escuché risa salir de una clase y como tenía libre acceso en cualquier momento a todas las clases, decidí entrar y me encontré lo que probablemente era, antiguamente, la habitación de los niños de los viejos propietario de la casa. Había una luz preciosa y la profesora de geografía estaba impartiendo su clase, antes de llamar Mark a la pizarra para que explicara a sus compañeros las peculiaridades del continente europeo.”
Alessandro Vincenzi empezó su carrera trabajando con Médicos Sin Fronteras como biólogo. Después de 4 años decidió dejar MSF para dedicarse a la fotografía a tiempo completo y convertirse en el vínculo entre los que tienen una historia que contar y aquellos dispuestos a escuchar. Para Alessandro la fotografía es una forma de sacar a la luz historias sencillas e importantes.
Lo que más le gusta es la interacción con la gente y las incontables historias que se encuentra. Está interesado principalmente en documentar situaciones en Europa del Este y países de la ex Unión Soviética.